El ingeniero y empresario estadounidense Luis Wenus ha generado revuelo en la comunidad tecnológica al presentar un dron equipado con inteligencia artificial capaz de reconocer y seguir a personas.
Inicialmente concebido como un proyecto de entretenimiento, Wenus incorporó un sistema de IA en un pequeño dron para perseguir a las personas como parte de un juego. Sin embargo, rápidamente se percató del potencial peligro al darse cuenta de que el dispositivo podía ser fácilmente modificado para contener carga explosiva.
En colaboración con otro ingeniero, Robert Lukoszko, Wenus amplió las capacidades del dron para que pueda detectar objetos y volar hacia ellos, además de incorporar una función de reconocimiento facial con un alcance de hasta 10 metros.
Este dron no solo es capaz de seguir y memorizar el rostro de una persona para perseguirla, sino que también se plantea la posibilidad de desarrollar un sistema para neutralizarlo.
Aunque Wenus se describe a sí mismo como partidario del código abierto, en este caso decidió no compartir el software debido a las implicaciones de seguridad que conlleva. Reconociendo la necesidad de desarrollar sistemas antidrones para espacios civiles, Wenus optó por no hacer público el código, enfatizando la importancia de abordar esta tecnología con precaución.
El intercambio en redes sociales llamó la atención de figuras destacadas en la industria, como Elon Musk, quien coincidió en que la creación de armas basadas en esta tecnología es alarmantemente sencilla.
Esta innovación plantea importantes cuestiones éticas y de seguridad en torno al uso de la inteligencia artificial en dispositivos autónomos, destacando la necesidad de regulaciones y medidas de seguridad adecuadas en el desarrollo y despliegue de estas tecnologías emergentes.